9 de agosto de 2010

To kill a mockingbird

When he was nearly thirteen, my brother Jem got his arm badly broken at the elbow. When it healed, and Jem’s fears of never being able to play football were assuaged, he was seldom self-conscious about his injury. His left arm was somewhat shorter than his right; when he stood or walked, the back of his hand was at right angles to his body, his thumb parallel to his thigh. He couldn’t have cared less, so long as he could pass and punt.
La nota de El País sobre los 50 años de Matar a un ruiseñor, de Harper Lee, bastó para remontarme a mi vida de hace más de 12 años. Debe haber sido alrededor de 1997, yo tenía 10 u 11, estaba terminando la primaria y los fines de semana tomaba clases de inglés con mi tía Mónica. Su casa estaba por Aragón (siempre se han mudado mucho, ella, su esposo y mi prima, así que sólo recuerdo que era por allá). Mi hermano E. y yo llegábamos después del medio día y nos quedábamos hasta las 6 o 7 pm. La clase de inglés comenzaba con nosotros platicando, luego jugando en inglés o viendo una película; tras varias horas ya nos poníamos a hacer ejercicios de gramática o de vocabulario y en la noche, después de cenar (sincronizadas o hot dogs), nos dejaban en el metro para que nos fueramos a nuestra casa.
En uno de esos días, estaba yo husmeando en el librero de mi tía, cuando me encontré esta portada. Me llamó la atención el tipo de libro, que parecía viejo, olía a humedad y, sin embargo, se veía interesante. Lo abrí y en la primera página me encontré a Scout (Jean Louise) diciendo cómo Jem, su hermano mayor se rompió el codo. Le dije a mi tía que si me lo prestaba y, por supuesto, me dijo que sí.
Aún recuerdo los diálogos en que le dicen a Scout que debería usar más vestidos. En ese entonces me identificaba tanto con ella, porque yo era la 'niña' de mi papá y usaba vestidos con baberito y olanes, y como el tipo de niña que era, los odiaba (ahora amo los vestidos). Jem para mí era como E., aunque es menor que yo, porque a esa edad todavía era mi compañero de aventuras.
Me tardé un fin de semana en terminarlo. El inglés sureño me representó todo un reto y al final lo amé. Sin duda los personajes no serían iguales sin él. Scout, Jem, Atticus, Dill, Boo, Calpurnia, Tom... Todavía tengo el libro y es exactamente la edición de esa portada. Algún día se lo regresaré y le diré que si me tardé tanto en devolverlo fue porque lo saborée durante todos estos años.

[...]
“Don’t you want to grow up to be a lawyer?”
Miss Maudie’s hand touched mine and I answered mildly enough, “Nome, just a lady.”
Miss Stephanie eyed me suspiciously, decided that I meant no impertinence, and contented herself with, “Well, you won’t get very far until you start wearing dresses more often.”
[...]

Por cierto, me encanta la palabra 'mockingbird' y el tono poético que le da al título.

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