8 de agosto de 2010

Gracias.

Nadie nos prepara para las cosas que enfrentaremos a lo largo de la vida, desde las más triviales hasta las más sobrecogedoras, y cuando realmente tenemos problemas, cuando estamos frente a una decisión de lo más importante, no hay (ni habrá) alguien que aparezca y nos diga qué hacer o cómo. Sin embargo, la experiencia me ha dicho que todo sucede por una razón, que la vida (o algo) nos va poniendo enfrente (sin que nos demos cuenta al principio) a las personas, libros, películas, mensajes, etcétera, que vamos necesitando.
Una cita en una novela, un graffiti en una pared, un post en un blog, la letra de una canción, el personaje de una película, una borrachera en un viaje, un departamento en la esquina exacta, la foto de un perro en un perfil de Facebook, un amigo, una llamada por la noche, las palabras de alguien que acabamos de conocer, una mano tendida hacia nosotros... lo que sea que necesitemos llega, pero no antes ni después, todo a su tiempo. Sólo hay que escuchar al viento, ver al cielo, sentir la lluvia, saborear la vida y cerrar los ojos de vez en cuando. Gracias por enseñarme todo eso.


Yael Naim, Far.

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