19 de abril de 2010

Fiesta de té


Me sorprende todo lo que se puede remediar con una taza de té sin aparentes cualidades médicas. Por ejemplo hoy, después de pasar todo el día con un dolor de estómago de los mil demonios que ni los remedios alópatas tradicionales habían podido remediar, una taza de té de manzanilla apareció en mi escritorio para salvarme de la desesperación.
Bien decían mi abuelita y mis papás que los remedios naturales siempre deben ser la primera opción (un consejo bastante refutable por algunos, ya lo sé). El punto es que de alguna forma u otra, siempre dan resultado, incluyendo el efecto placebo. Y hablando de té, tenía que poner esta escena en algún post, una de mis favoritas de la Alicia en el País de las Maravillas de Disney:

"Taza liiiimpia, a cambiaaar."




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