Esta es mi familia

Bueno no, pero casi.
He estado leyendo Amrita, de Banana Yoshimoto, y al repasar la descripción de la familia del personaje principal, Sakumi, me dieron ganas de hablar de la mía, que a su modo resulta bastante particular... es decir, grande. Tengo cuatro hermanos, dos papás, dos perros y un novio; es decir, somos diez. (A partir de aquí omitan bromas sobre conejos o televisiones, porque créanme, he oído bastantes).
Mis papás, dos sociólogos de los que ya he hablado, tomaron la decisión de tener una familia grande. Mi mamá tiene dos hermanas, pero siempre quiso tener más hermanos, y mi papá tiene ocho hermanos de los que siempre se ha quejado, pero a los que quiere mucho. Así que buscaron un número intermedio: cuatro. Dos niñas y dos niños.
A pesar de su planeación, el resultado fue distinto: nací yo, que soy la mayor, y mis hermanos Efraín, Amaury y David, en ese orden y los tres hombres. Nos faltaba una niña, la cual yo pedía desesperadamente porque quería una muñeca para jugar. Fue entonces que llegó el pilón: Lucía, la más consentida, la más latosa y la más lista. Cinco en total.
Algunos años después, adoptamos a Bruno, un schnauzer con mucho carácter (todo se parece a su dueño) que se enamoró de mí y me odia por haberme ido a vivir sola; y en diciembre pasado adoptamos a Sebastián, el bretón español que hace las veces de mi despertador y mi almohada. Por supuesto está JM, que vive con Sebastián y conmigo, y que se ha ganado un premio por soportarme durante más de un año.
Ah, la famille.
Aquí pongo una foto de mis cuatro ¿hermanitos?, con los que tanto extraño pelearme. Corro el riesgo de que me den un zape cuando la vean, pero espero que el tamaño de la imagen aminore la fuerza del zape.