23 de septiembre de 2009

¿Mentiras piadosas o verdades hirientes?

Hay cosas que resulta difícil explicar a los demás, simple y sencillamente por el hecho de que no todos pensamos o sentimos igual y no sabemos cómo las puedan tomar. Sin embargo, siempre he sido de la idea de que vale más la pena una verdad hiriente que una mentira piadosa. Cuando alguien miente y el otro lo descubre, hay algo que se quiebra, como un hueso fracturado que al intentar volver a poner en su lugar provoca un dolor intenso (lo sé, porque tengo experiencia en las dos situaciones). No es tan fácil, eso sí, todos somos distintos; algunos más fuertes que otros y algunos más open mind que otros, por lo que la única opción que nos queda es tratar de ponernos en el lugar de la otra persona, es decir, qué sentiríamos si fuera a nosotros a los que les estuviera pasando.

Una cosa es mentir y otra es omitir información, de eso no cabe duda. Cuando alguien miente u omite información, seguramente tiene sus razones, pero no sopesa las consecuencias de hacer una cosa u otra o simplemente decir la verdad. Si existe algún precepto que me gusta seguir es: "No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti". Así es.

En fin, he de decir que no soy como la mujer que pintaba Joaquín Sabina en su canción Mentiras piadosas, a la que "yo le queria decir la verdad, por amarga que fuera, contarle que el universo era más ancho que sus caderas; le dibujaba un mundo real no uno color de rosa, pero ella prefería escuchar mentiras piadosas". Ok, ok...no soy tan fuerte como para soportar sin ningún aspaviento la parte en la que le dice: "y cuando por la quinta cerveza le hablé de esa chica que me hizo perder la cabeza...", pero creo que he superado algunas cosas y algunas mentiras que en su momento me hirieron bastante. ¿Recuerdan al amigo que decía que no le gustaba que la gente tuviera expectativas sobre él? (si no se acuerdan apriétenle aquí). Pues bien, él también se aventó algunas mentiras y omisiones de información y...la verdad es que por eso dejamos de ser amigos, porque yo no estaba dispuesta a entrar en un jueguito que a esas alturas ya había causado bastantes problemas y malentendidos.

No sé si estoy mal por haberme 'paniqueado' a raíz de eso, porque ahora hasta las mentiras 'blancas' me asustan (como cuando alguien va tarde a algún lado y se inventa una historia para explicar el porqué). Lo que sí sé es que tengo que evitar que mi pasado afecte mi presente, es verdad, a veces dejo que suceda y no debería ser así. No tengo idea de en qué momento le di tanta importancia a algunas relaciones y situaciones que en realidad no merecían mi atención. Y bueno, ya que estoy en esto del cambio de actitud, trataré también de dejar (finalmente) esas experiencias atrás...ojalá y alguien me ayudara, any ideas?

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Cambiando de tema:

Mi jefe y yo hicimos un descubrimiento: En Venezuela (sí, ese país donde está Hugo Chávez en el poder y al que decían que se iba a parecer México si el peje ganaba la presidencia, yeah right) hay un programa llamado 'El sistema', que al parecer es algo así como una escuela donde a los niños 'problema' les enseñan música (entrecomillo 'problema', porque siempre he pensado que lo único que los niños bajo esa nomenclatura necesitan es un poco de atención).

El punto es que...¡¡¡son increíbles!!!, como diría @LilianTheNerd, ¡¡¡patean traseros!!!

Les dejo aquí un videito para que lo chequen, la verdad es que la orquesta de la ESANS (Escuela Secundaria Anexa a la Normal Superior de México, en donde yo aprendí a tocar violín y blablablá...ese será otro post) no le llegaba ni a los talones en sus mejores tiempos, que obvio fueron cuando yo estudiaba ahí, y eso que tocabamos Aida de Guisseppe Verdi, Carmen de George Bizet, Aleluya de Haendel y otras igual de complejas. Check it out!





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