23 de septiembre de 2008

Viejos amores

Hace poco vi al niño que tanto me gustaba cuando estaba chica. Él, en ese entonces, era un flacucho sin chiste. Demasiado callado, escuchaba a sus 12 años a bandas como Korn (lo sé porque me tocó en un intercambio) y se la vivía dibujando en su cuaderno con sus marcadores.

Diez años después y 20 mil aventuras, me di cuenta de que mis gustos en ese entonces no estaban tan mal. Guapo...muuuuuyyyy guapo, mata larga, alto (si mal no recuerdo antes estaba más alta yo que él), flaco, pero musculoso, con una profesión muuuuuuyyyy interesante, y un niño (bueno...ya no taaaan niño) muy divertido que además pasaba por una de esas crisis postnoviazgo que facilitan todo (aunque me juré no volver a fijarme en uno de esos).

¿Mi problema? Por su chamba vive fuera del DF, ¿Su problema? que yo iba con un episodio de bronquitis que a pesar de todo no evitó unos buenos tragos, que compartieramos la comida y que nos lanzaramos miradas...¡qué ojos! ya recuerdo por qué me gustaba tanto, esa mirada intrigante que casi todos los hombres con los que he salido tienen...¡¡demonios!! yo y mi bronquitis...y él lejos...Aún así me alegró saber que alguien así todavía existe.



1 comentario:

  1. La bronquitis no es tan buena, en verdad. Los viejos amores sí, pero no caigas en la tentanción de reciclarlos tanto. No es lindo y luego se vuelve adictivo.

    ResponderEliminar

Se aceptan críticas constructivas.

hit counter

Creative Commons

Creative Commons License
.