7 de febrero de 2011

Almacén de recuerdos #1


Me gusta acaparar recuerdos. Desde adolescente me gustó conservar las fotos de mi infancia, las observaba cuidadosamente, las seleccionaba y las apartaba para mantenerlas en mi poder en algún escondite en mi recámara; esto, como era de esperarse, me trajo serios problemas con mi mamá, que no reaccionaba bien al descubrir las hojas vacías de sus álbumes. Más tarde, durante la universidad, era yo la que siempre cargaba una cámara y conservaba la mayor cantidad de imágenes de mis amigos y compañeros.
Ahora, en mi propia casa, donde las fotos que tomo son sólo mías, he buscado lugares para almacenarlas, además de mi computadora y mi teléfono. Uno de ellos es el refri. Comprarlo significó más para la vida en común de JM y mía, que la adquisición de un colchón (qué dice eso del papel que la comida juega en nuestra vida), y sin duda nos da más emoción llenarlo de fotografías e imanes que la redecoración de otras partes del departamento, así que esperen en el futuro imágenes documentando su llenado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptan críticas constructivas.

hit counter

Creative Commons

Creative Commons License
.