El personaje cuenta que cuando don Gaetano le contaba algo sobre la guerra o la vida que a él le parecía importante, corría a anotarlo en su libretita y resulta imposible no imaginar al autor haciendo lo mismo durante toda su vida para luego escribir historias como ésta, en la que la elección de palabras en cada frase y diálogo, convierte esta sencilla trama sobre la madurez, el amor y la guerra en un relato hermoso que nos obliga a pensar en la definición de nuestra vida.
Veo que quieres encontrar un santo a toda costa. No existen, ni tampoco los diablos. Lo que hay son personas que hacen algunos gestos buenos y bastantes otros malos. Para hacer uno bueno cualquier momento es el adecuado, pero para hacer uno malo hacen falta ocasiones, comodidades. La guerra es la mejor ocasión para hacer porquerías. Concede el permiso. Para un buen gesto, en cambio, no hacen falta permisos.
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