
Estoy en un trabajo que no me satisface, me frustra, me ha hecho daño y en el que estoy estancada. Así de fácil y difícil a la vez. Lo más sencillo para todos, y lo sé porque me lo han dicho, es que renuncie y ya. Pero la persona que está de este lado del teclado, aunque sabe que eso sería lo más sano, piensa que lo más fácil de ese proceso es decirlo. Y sí, ese es el dichoso paso que tengo que dar, del que tanto he hablado en los últimos meses. Dejar la revista.
¿Y luego qué? Esa es la parte más difícil y es lo que ha dado vueltas en mi cabeza en todo este tiempo. Bien, ese es el paso que tengo que dar y esa es la pregunta que me impide darlo. ¿Qué voy a hacer?
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