7 de julio de 2010

Decálogo de Kieslowski: Partes 1, 2 y 3.

'Amarás a Dios sobre todas las cosas', 'no jurarás el nombre de Dios en vano' y 'santificarás las festividades'. Hasta ahora he visto sólo los primeros tres mandamientos del Decálogo de Kieslowski, una serie de (obviamente) diez episodios para televisión en los que hizo su particular interpretación de estas ¿enseñanzas? ¿obligaciones?
En algún momento de mi vida, ya había tenido la intención de ver la serie, pero tal vez yo era muy joven o puede que las historias fueran muy complicadas, porque no les entendí y no vi más de dos. El motivo por el que ahora las veo, normalmente los viernes antes de las ocho de la mañana, es que mi jefe decidió organizar un 'taller' en el que supuestamente íbamos a discutir nuestro trabajo, pero que terminó siendo un monólogo sobre su vida, su familia y una que otra película o libro.
Me gusta pensar que lo que Kieslowski hizo en estas películas fue ver qué ocurría si interpretaba los mandamientos al pie de la letra, en qué dilemas morales podía meter a los personajes. En el primero, 'amarás a Dios sobre todas las cosas', presenta a Pawel, un niño que comienza a hacer preguntas sobre la religión a su padre, un científico que basa su vida en el dicho de 'hasta no ver no creer'. El padre obsequia al niño unos patines y el pequeño, como cualquier niño lo hubiera hecho, sale a estrenarlos en el lago, que inevitablemente se rompe.
En 'no jurarás el nombre de Dios en vano', Dorota es una violinista muy grosera que se enfrenta al dilema de elegir entre su marido moribundo y su amante, de quien espera un hijo. Es entonces que aparece el doctor de su esposo, y su vecino, a quien ella obliga a darle un consejo: abortar y quedarse con el marido o quedarse con su amante y su bebé, bajo la esperanza de que el enfermo muera. Él le dice que lo más seguro es que no sobreviva, pero al final se queda con el niño y su esposo sobrevive.
'Santificarás las festividades' habla de Ewa, una mujer adultera que al tener que elegir entre su esposo y su amante escoge al primero. Años después, se aparece en la casa del amante durante la Nochebuena. Él sale con ella bajo el pretexto de ayudarla a buscar a su marido desaparecido. Al final, tras evidenciar la locura y el carácter de ambos, sabemos que ella lo ha engañado toda la noche, porque su esposo la dejó hace mucho y ya hasta tiene otra familia. Lo que sucede es que no quería pasar sola la festividad.
La actuación y caracterización de cada uno de los personajes es entrañable, desde el maquillaje de las mujeres, hasta la actitud de los hombres. Al final de cada episodio, uno recuerda y hasta reconoce a todos los que hacen aparición, desde la señora amable que hace el aseo en la casa del doctor, la tía de Pawel, el que cuida y tortura a los borrachos en el lugar que visitan buscando al esposo de Ewa, la niña que lleva el conejillo de indias en el primer capítulo, etcétera. La lista podría seguir y seguir.
Estas son tres historias estremecedoras que nos hacen pensar 'claro, yo no haría eso', pero es que en menor o mayor grado, ya lo hemos hecho. Desde mentir a nuestros padres hasta basar nuestras decisiones más en caprichos que en las repercusiones que puedan tener para el resto de los involucrados o, por qué no, engatusar a alguien para que salga con nosotros (aunque haya sido en nuestros años de adolescencia). Creo que precisamente eso es lo interesante de Kieslowski, que lleva al extremo situaciones, acciones y decisiones de lo más comunes, de forma que todos podamos sentirnos representados por el personaje y, eventualmente, nos preguntemos hasta dónde seríamos capaces de llegar. Y, al final, 'que tire la primera piedra quien esté libre de pecado'.

P.D. Si alguien sabe quién es el hombre que aparece en las tres películas, asemejando a un espectador, se agradecen informes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Se aceptan críticas constructivas.

hit counter

Creative Commons

Creative Commons License
.