28 de diciembre de 2009

Las medias tintas de fin de año

Hace varios años conocí a alguien por internet; la verdad es que ya lo conocía personalmente, pero el acercamiento fue vía msn. Lo que me dijo tras pocos minutos de conversación fue que yo no era alguien de medias tintas, que me gustaba el café cargado, que los tragos tenían que saber a alcohol y que las cosas eran o no eran; todo esto ya se me había olvidado, hasta que hace poco JM me dijo lo mismo:

—"Para tí no hay puntos intermedios".

Y ambos tienen razón. Odio la incertidumbre, la hipocresía, las sutilezas y los eufemismos. La cosa es o no es, alguien o algún tema me interesa o no me interesa, siento algo o no lo siento. Una intensionada y remarcada tendencia a los extremos que se ha hecho más notoria tras mi independencia doméstica y, sobre todo, ha destacado aún más mi negativa al cambio. Y es que si este año hubo una constante fue precisamente una constante crítica de mis defectos, manías y características personales y obviamente mi única forma de pelear contra eso es decidir que no voy a cambiar.

Que si soy callada, que si soy sangrona, que si soy antisocial, que si soy impulsiva, que si soy ñoña, que si soy penosa, que si soy nena, que si soy inquieta, que si soy ociosa, que si peco de soberbia, que si muevo los pies, que si me siento derecha, que si combino mi bolsa con lo que traigo puesto, que si me pinto las uñas, etcétera, etcétera. Todas mis características, manías, defectos y actitudes han sido criticados por JM, mi jefe, mis compañeros de trabajo, mis padres y seguramente hasta mi nuevo perro, Sebastián, y he de decir que es agotador.

No quiero ni puedo cambiar todo lo que ha llegado a molestar a las personas alrededor mío. Ni siquiera entiendo por qué esperan que lo haga si yo no me la paso criticándolos y mucho menos les he pedido que cambien.

En fin, estas vacaciones de fin de año me han caído en el mejor momento, en uno en el que necesito sopesar lo que quiero, lo que tengo y lo que soy. Es decir, me voy a quedar con las medias tintas, voy a dormir y comer mucho y olvidarme de mis problemas hasta el domingo antes de regresar al trabajo. Además, he de decir que este año sí me esforcé por superar mis barreras y reconocer mis errores. Escribí o intenté escribir algo de narrativa otra vez, reconocí que me he cansado un poco de mi trabajo, me independicé a pesar de mi miedo a estar sola y a extrañar a mi familia, aprendí a moderarme un poco en mis gastos (dije un poco, sólo un poco) e inclusive me esforcé por pensar menos y hablar más (paradójico ¿no?). Además, no se preocupen, eso de olvidarme de mis problemas la verdad es que no sucede, de hecho, ahora mismo trabajo ya en pendientes que tengo de la oficina y en cómo solventar mis problemas económicos.

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By the way, vi Nueva York, I love you y vale la pena. Sinceramente no es Paris, je t'aime, las historias no son tan viajadas y me dio la impresión de que no explotaba tanto la temática de la ciudad, sino que se basaba en la mezcla de razas y culturas de la ciudad; algo que no la hace menos interesante, con historias que van de lo tierno a lo psicópata y personajes que pueden ser una cantante de ópera retirada, una estudiante que sale con su profesor o una judía que está a punto de casarse. Me impactó ver a Shia La Boeuf en un papel dramático y a Natalie Portman de judía (nunca la hubiera creído capaz de volverse a rapar).

Mis historias favoritas fueron la de el baile de graduación con la chava que quiere ser actriz y se prepara para interpretar a una paralítica (la idea del árbol es genial), la de Natalie Portman, la de los viejitos y las dos en las que aparece Ethan Hawke: cuando trata de ligarse a la prostituta es hilarante y su escena en la cámara de la chava que graba Nueva York permanecerá en mi memoria por un rato. Claro, esto no le dice nada a quien no ha visto la película, pero la recomiendo.

Estaría interesante hacer una 'Ciudad de México, te amo' o 'DF, te amo', ¿quién se avienta el tiro? Yo ya tengo algunas ideas y si quieren les presto mi azotea para que usen mi vista, jaja, sí claro.

1 comentario:

  1. Alguna vez un maestro muy sabio me dijo que el punto medio es para los mediocres...sea cierto o no, la única persona a la que deberías intentar complacer es a ti. Si entre todos esos errores que te han señalado, hay alguno que te moleste, cámbialo. De algo debe servir la crítica, pero a veces hay que aprender que no todo lo que los demás dicen es LA verdad. Feliz año y que muchas cosas buenas vengan para tí!

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