Las personas creen que hay muchos caminos y que pueden elegir el suyo libremente. Quizá fuese más acertado decir que sueñan con el momento de elegirlo. Yo también pensaba así. Pero en aquel instante pude comprenderlo.
Lo supe, y tomó forma de palabras: "El camino está siempre marcado, pero no en un sentido fatalista. Cada instante, con la respiración, con la mirada, y con los días que se repiten. uno tras otro, se va decidiendo espontáneamente". Y, dependerá de cada uno, pero, yo, al darme cuenta de esto, no podía hacer otra cosa que quedarme tal como estaba, tendida boca arriba mirando el cielo de la noche, con el katsudon, en pleno invierno, dentro del charco, en el tejado de un lugar desconocido como si fuera lo más normal.
Oh, la luna está preciosa.
Kitchen, Banana Yoshimoto.
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