Sólo hay una tarea doméstica que me compele a hacerla y hasta me obsesiona un poco: lavar la ropa sucia. Me gusta creer que se debe a mi necesidad de sentirme lista para lo que venga y a las ocurrencias que la vida nos pone. Por eso, si mañana tengo que irme a la playa o al Polo Norte, estaré lista.
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